The silent room es una exposición que habla del enigma de la rutina y de las acciones que diariamente conforman el mapa de lo doméstico. Discursos artísticos superpuestos que, en búsqueda de lo tangible, se plantean de manera efímera mediante un diálogo sonoro y plantean lo que acontece en el “silencio” de lo cotidiano.

El sonido ambiente, considerado muchas veces como silencio, es un mapa en el que archivamos nuestra rutina de una
manera inconsciente. Sin embargo, sabemos que el silencio no es más que una utopía y en su ausencia, aquello que consideramos silencio es un sonar constante ensuciado por pensamientos o por sonidos a los que no prestamos
atención. Así, la inercia de nuestro día a día es una amalgama de sensaciones que de manera abrupta llena los espacios que habitamos, en los que desarrollamos acciones repetidas, inconscientes.

Atrapados en una atmósfera que sin querer alude a la decadencia, al hastío, a la náusea de la acción en bucle, las connotaciones de lo doméstico y rutinario nos llevan una y otra vez a la sensación de encontrarnos en una red de la cual nos es difícil escapar en la que el  el paisaje sonoro de nuestras vidas pocas veces es objeto de observación.

“Mirar” estas situaciones que envuelven nuestra intimidad es igualmente intentar atrapar el tiempo, interpretar aquel silencio al que recurrimos pero inevitablemente nos es negado. Si bien todo este panorama presupone una realidad en la que la libertad no tiene cabida, las manifestaciones artísticas realizan, en este caso, una reflexión sobre la ruptura, haciendo que nos percatemos del mapa auditivo en el que nuestras vidas transcurren.

Nos encontramos ante una habitación silente, una cueva cuyas paredes nos hablan de aquello que sucede en lo cotidiano, paredes que se llenan de reflexiones sobre aquello que pasa mientras parece que no pasa nada y que de repente, se erigen en un volumen de sonidos que rompe con la rutina decadente y nos obliga a percibir aquello que hemos archivado como silencio.

Los diferentes discursos de estos artistas nos hacen reflexionar sobre  lo enigmático que hay en esta idea de rutina,
dándole un sentido mucho más amplio, replanteando sus significados y llevándolos al extremo. Cada pauta sonora
corresponde a una acción-sensación desde su realidad subjetiva y se nos plantea como menos verdadera al ser
representada, dejándonos reflexionar sobre aquello que igualmente compartimos y nos es reconocible.
Esta documentación de las sensaciones, de los significantes de lo doméstico, que desde su punto de vista realizan dos artistas
multimedia, toma un nuevo sentido en manos de la música experimental de dos artistas sonoros, resignificándose en otro estadio de
representación para salir de lo estático, sacándonos de las habitaciones en las que sufrimos el hastío del silencio
cotidiano.

La dialéctica que establece esta exposición se centra en el engranaje de discursos como ausencia de autoría, conformando una pieza exclusiva mediante la superposición de diálogos sonoros, dando lugar a una muestra irrepetible que rompe con la idea de
habitación silente en la que parece que nada sucede fuera de uno mismo.

Sensibilidad selectiva al sonido consiste en el decremento de tolerancia a los sonidos. Se cree que es un trastorno neurológico caracterizado por experiencias negativas que son solo resultado de sonidos específicos, ya sean fuertes o suaves.

Quienes padecen de misofonia se sienten comúnmente molestos, incluso furiosos, por sonidos tan comunes como los producidos por otras personas al comer, respirar, olfatear o toser. También por ciertas consonantes o por sonidos repetitivos.5 Los individuos que la padecen pueden desarrollar ansiedad intensa y conducta de evitación (eludir relaciones personales), lo cual puede propiciar la disminución de la socialización. Algunas personas pueden sentir impulso de imitar, mediante mímica, lo que escuchan.

Corrosión del carácter pretende realizar una simulación a partir de modelos “reales” del ser humano, los cuales, no tienen origen ni realidad. Con ello se muestra la desaparición del territorio como tal, siendo este modificado y relegado aun segundo orden, donde prima la subsistencia y deriva, en un mapa donde la homogeneidad se ha desvanecido dando paso a múltiples unidades reproducibles infinitamente. El comportamiento de la sociedad polivalente, estructurados al espacio en el que se mueven y se bifurcan.

Este cuestionamiento, a decir verdad, se refiere a varias connotaciones en torno a la cultura y su corrosión. El fin de los grandes relatos, es decir, los grandes métodos que escenificaban y dirigían a la humanidad con sus magnánimos pragmatismos, despojando por ello al ser humano de toda iniciativa y direccionalidad de su vida. Con todo esto, podríamos proponer un interrogante a la sociedad sobre si lo existido y el existente socio-cultural, supone una pérdida de la historia como beneficiaria y portadora de todo sentido existencial.

Esta superabundancia de información sobre el signo y significante como acuñaría Baudrillard, nos puede suponer otro de los cuestionamientos en la posmodernidad. Como parte teórica, pone de manifiesto la investigación a cerca del estudio del lenguaje y su lectura, alegorías ilegibles, provocadas y formalizadas en la obra sobre el propio signo junto a su significante único y de si estas cuestionan a su vez la identidad del sujeto en la actualidad por medio de la universalización del lenguaje como totalizador del mundo.

Ad Nauseam es una falacia en la que se argumenta a favor de un enunciado mediante su prolongada reiteración, por una o varias personas. Esta falacia es utilizada habitualmente por políticos y retóricos, y es uno de los mecanismos para reforzar las leyendas urbanas. En su forma más extrema puede ser también un tipo de lavado de cerebro.

La expresión ad nauseam es una locución latina que se utiliza para describir algo que continúa hasta llegar al punto de producir náuseas. Por ejemplo: «Este asunto se ha debatido ad nauseam»: quiere decir que se ha discutido tanto que todo el mundo se ha hartado del mismo.

Es conocida la frase del Ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels, «una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad».

Improvisación en directo utilizando el material sonoro aportado por las artistas Beatriz Hoyos y Luz Velasco.
A partir de sus grabaciones iré jugando con loops y delays hasta construir un track incierto basado en la repetición.